¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! La era del Narcisismo Digital
Psicólogos en Cartagena
Vivimos en una época en que el narcisismo ha calado profundo: buscamos la aprobación de los amigos, aunque sería más adecuado decir seguidores, que no es lo mismo, en las redes sociales para sentirnos bien con nosotros mismos. Y cada vez que recibimos un “me gusta”, nuestro ego crece. Para conseguir esos “me gusta” muchas personas proyectan una versión idealizada de sí mismas, alimentando el personaje que desean ser y no lo que son en realidad.
¿Qué es el narcisismo digital?
Con la llegada de las tecnologías de la información, y en particular de las redes sociales, ha proliferado el narcisismo digital. Se trata de un conjunto de prácticas de comunicación típicas del universo 2.0 basadas en un egocentrismo tan acentuado que roza lo patológico.
El narcisismo digital se expresa a través de una serie de acciones “extremas”, como tomarse un gran número de selfies o compartir momentos, que podríamos catalogar como demasiado íntimos, de sus vidas, prácticamente todos los días.
Compartir, o más bien, compartir en exceso, es la forma que estos narcisistas digitales tienen de estar en el mundo, se convierte en un gesto instantáneo, impensado, una extensión natural de sí mismo. Enseñar, a veces de manera espectacular, y cuanto más espectacular, mejor , se ha convertido en su principal forma de existir: solo existen si pueden ser vistos y reconocidos.
El psiquiatra Serge Tisseron se refirió a este fenómeno como “extimidad”, un concepto que tomó prestado de Jacques Lacan y que indica el “deseo de mostrar fragmentos de la propia intimidad de los cuales ignoramos el valor, a riesgo de causar desinterés o incluso rechazo en los interlocutores, pero con la esperanza de que su mirada reconozca su valor y lo haga realidad ante nuestros ojos”.
Por tanto, la extimidad online tiene un propósito específico: buscar aprobación y admiración, la cual se expresa a través de la cantidad de “me gusta” que obtiene por cada foto y los cumplidos que confirman la imagen y la idea que desea transmitir de sí mismo.
Así se crea un bucle que se autoalimenta, sobre todo cuando reciben respuestas positivas, confirmando la teoría de los usos y las gratificaciones, la cual dice que cuanto más percibe una persona que un medio satisface algunas de sus necesidades, más lo utilizará precisamente para ese fin, sobre todo si esa persona cree que no es capaz de satisfacer de la misma manera esas necesidades en el mundo real.
¿Cuál es el antídoto para al narcisismo digital?
Como psicólogos en Cartagena tenemos muy en cuenta que es importante ser consciente que resulta difícil, cuando no imposible, salvar a quien no quiere ser salvado. Por tanto, no tiene sentido comenzar una cruzada contra el narcisismo digital porque debería tratarse de un proceso de desconstrucción individual.
Los narcisistas digitales deben tener en cuenta, no obstante, que la imagen que están proyectando no es realista y, por tanto, la aprobación que reciben es a un reflejo, no a sí mismos. Eso conduce a la desilusión, en el mejor de los casos, y a los delirios de grandeza falsos que le desconectan por completo del mundo, en el peor de los casos.
Vivir para posar no es vivir, implica perderse las experiencias más auténticas de la vida. Dejar que la autoestima y el estado de ánimo fluctúe según la cantidad de “me gusta” que ha recibido el último selfie publicado implica ponerse por completo en manos de una masa que en ocasiones puede llegar a ser particularmente cruel. La personalidad narcisista, al contrario de lo que muchos piensan, no está construida a prueba de balas, sino que es una frágil armadura de cristal.
La mejor manera para deshacerse del narcisismo digital consiste en aprender a desconectar, para conectar con el mundo real. No se trata de abandonar las redes sociales, sino de usarlas en su justa medida, y no centrarse únicamente en uno sino desarrollar un enfoque más amplio.
La autenticidad también es un buen antídoto para conjurar el narcisismo digital de los tiempos modernos. Al fin y al cabo, como dijera Carl Jung: “el privilegio de tu vida es convertirte en quien realmente eres”, todo lo demás es banal.