¿Por qué hay más rupturas de pareja después del verano?
Desde nuestro área de terapia de pareja en Cartagena queremos dar respuesta a una respuesta que suele ser muy común. ¿Por qué hay más rupturas de pareja después del verano?
Todos los datos estadísticos avalan que los períodos de confinamiento han supuesto una dura prueba para las parejas. Los registros acerca de divorcios y separaciones son inequívocos y revelan un aumento considerable. Y eso, sin contar las rupturas o separaciones de hecho. Los psicólogos expertos en terapias de pareja y asistencia psicológica a personas en trance de separación pueden dar fe de ello. Sin embargo, las restricciones, aunque atenuadas, continúan y muchas parejas lo acusan. El cansancio, el hastío y las limitaciones impuestas a algunos desplazamientos e interacciones incrementan la tensión y las relaciones afectivas lo acusan.
Acudir al psicólogo o afrontarlo a solas
Como psicólogos en Cartagena hemos atendido a muchas parejas que buscaban asistencia o mediación. Saber acudir al psicólogo para abordar problemas reales y poner solución a conflictos latentes o al deterioro de relaciones de convivencia, ahorra muchos problemas. Los interesados en terapias de pareja en Cartagena, deben saber que, lejos de ser un estigma, solicitar ayuda profesional cuando se necesita, revela inteligencia y capacidad de reacción. Restaurar nuestro equilibrio emocional, después de episodios de ansiedad y preocupación más o menos intensos, como los vividos por la mayor parte de la población, puede requerir un esfuerzo extra.
¿Por qué hay más rupturas de pareja después del verano?
El tiempo de vacaciones viene a aumentar la tensión en las relaciones familiares o amorosas. La convivencia estrecha ya es fuente de fricciones, en sí. A ello suele añadirse la ansiedad acumulada durante tanto tiempo por la amenaza latente de la pandemia, de la que son constantes voceros los medios de comunicación. Tampoco ayuda el estrés que nos impulsa a disfrutar al máximo del tiempo libre y hace del ocio activo casi una obligación. Pasárselo bien se convierte en una tarea más de nuestra agenda, relegando el descanso a un plano secundario.
Por otra parte, el temor a una nueva reclusión o a mayores restricciones a la libertad de movimientos acentúa la incertidumbre y la incapacidad de planificar el futuro. Y reafirma esa sensación de urgencia de vivir nuevas experiencias o escapar de lo conocido.
En este cóctel letal para los matrimonios o relaciones estables falta una última variable. El nuevo modo de concebir las relaciones de pareja que excluye totalmente los conceptos de responsabilidad, compromiso y empatía para con el otro. Una pareja funciona si me hace sentir bien y si no, no. Un punto de vista que parece imponerse en estos tiempos en los que queremos ser felices siempre y sin interrupción.
Sin embargo, es un baremo demasiado simplista que obvia reconocer que las relaciones duraderas se fundamentan también en el esfuerzo común por mantenerlas, y mejorarlas en lo posible. Una responsabilidad que ha de ser compartida, claro está. Si alguien ya no te hace feliz puedes preguntarte si esa exigencia es justa y recíproca, como comentábamos en alguna otra entrada. Y la respuesta sincera a esa pregunta puede iluminar el camino a una reconciliación o a un final acordado con el menor sufrimiento posible para los implicados.
Final del verano, momento complicado
Muchas parejas se rompen a la vuelta de vacaciones. Y no es sólo culpa del síndrome postvacacional. Afrontar el retorno a la rutina puede ser percibido como algo difícil de soportar si ya se arrastran los problemas desde largo tiempo. Implica una vuelta al ciclo ordinario de la vida que muchos se resisten a asumir cuando se sienten infelices. Pero el peligro no está en la rutina sino en las causas de esa infelicidad. Una visita al psicólogo puede ayudarnos a detectar de dónde proviene y cómo abordarla.
Las rupturas de pareja suelen ser traumáticas y no siempre solucionan la insatisfacción de quienes padecen trastornos emocionales previos o causantes de ella. Detectar esos trastornos y tratarlos convenientemente es tarea de la psicología para adultos. En otros casos, la raíz de los conflictos puede ser otra y ahí es donde entran en acción los psicólogos especialistas en terapia de pareja.
Terapia de Pareja en Cartagena
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