Factores de la infancia y adolescencia que influyen en la adicción al juego.
Desde nuestra área de tratamiento de adicciones en Cartagena queremos hablar acerca de los factores de la infancia y adolescencia que influyen en la adicción al juego.
Los juegos de azar tienen una larga historia y los ejemplos de adicción a los mismos en la antigüedad, abarcan desde Babilonia al Imperio Romano. En China desde el 3000 a. C existen registro de las primeras apuestas y juegos de mesa. Además, en Egipto se crea el dado de seis caras en el año 2000 a. C y en Babilonia, la Lotería se consagra como reserva fiscal en el código de Hammurabi en el año 1850 a. C. Por eso, se considera la adicción al juego como el camino de la diversión a la ludopatía.
En los juegos de azar todos los participantes tienen la misma probabilidad de ganar. El resultado es casi imposible de anticipar. Depende exclusivamente de la suerte y a menor probabilidad de ganar mayor es el premio. Para muchas personas es solo una diversión, pero para otros es un camino que termina con el desarrollo de una ludopatía, es decir, una adicción al juego.
¿Qué se entiende por adicción al juego?
Básicamente, la adicción al juego o ludopatía es un trastorno donde la persona no puede controlar sus impulsos de jugar y apostar de forma persistente y progresiva. Esta cuestión provoca graves perjuicios económicos, familiares, laborales y sociales. La persona que padece una ludopatía tiene un grupo de particularidades que detonan su comportamiento compulsivo:
- Minimizan la probabilidad de perder.
- Ilusión de control sobre eventos aleatorios.
- Impulsividad y necesidad de recompensa a corto plazo.
- Toma de decisiones “en caliente” que secuestran la autorregulación.
En el tema del juego, existen numerosos factores de riesgo que promueven la compulsión. En primer lugar, el diseño de las salas de juegos (Ej. luces y sonidos) promueven la toma de decisiones “en caliente”.
Otro tema importante en la adicción al juego es la publicidad que donde importantes figuras de la televisión, el cine o el deporte promueven esta actividad. En este sentido, numerosos anuncios son repetitivos y muestran personas ganando mucho dinero, cuestión que va contra uno de los principios básicos de los juegos de azar: a menor probabilidad de ganar, mayor es el premio.
La apertura de salas de juego cerca de los colegios también es un importante factor de riesgo, pues apunta directamente a los adolescentes. También lo son las campañas de captación que muchos empresarios hacen, ofreciendo meriendas gratis a los chicos. Otro gran problema lo constituyen la facilidad para apostar que brindan los juegos online y las apuestas deportivas.
Severidad de la adicción al juego y traumas en la infancia
La aparición de numerosas alteraciones psicopatológicas se encuentra estrechamente vinculada a los traumas en la infancia. Cuando se habla de traumas en la infancia se hace referencia a una amplia gama de episodios como maltrato, abandono, abusos físicos y sexuales, enfermedades graves o muerte de los padres, entre otras.
Un reciente estudio publicado en Archives of General Psychiatry con casi 6000 pacientes atendidos por psiquiatría, reveló que el 44% de los trastornos de la infancia y la adolescencia tienen una estrecha relación con los traumas en la infancia. Así como el 30% de los que aparecen en la edad adulta. Un elemento clave para que estos episodios traumáticos ganen fuerza es que deben provocar una disociación patológica en los procesos de integración del normal desarrollo psicológico del niño.
Siguiendo esta dirección, un grupo de investigadores italianos se propusieron evaluar si la relación entre la severidad de la adicción al juego y los traumas durante la infancia podría estar mediada por la disociación patológica producida por estos traumas. Los resultados de este estudio fueron publicados en Clinical Psychology and Psychotherapy. Para ello fueron evaluados 171 jugadores (134 hombres y 37 mujeres) que asistían regularmente a dos casinos italianos. La edad media era de 34 años, aunque el rango oscilaba entre 18 y 64 años y el 65% tenía empleo.
Alrededor del 65% de los encuestados podían ser clasificado como jugadores problemáticos (13% con asistencia semanal entre 2-4 veces al casino) o patológicos (52% con asistencia igual o mayor a 5 veces por semana). Cerca del 65% eran fumadores. Por último, el 58% de los participantes también apostaban online y alrededor del 20% usaba drogas ilegales.
Relación entre el juego y la infancia
Por supuesto la relación entre la severidad del juego y los traumas en la infancia fue fuerte y de igual forma ocurrió con las experiencias disociativas. De hecho, se pudo comprobar que la relación entre la severidad del juego y los traumas en la infancia estaba completamente mediada por la disociación patológica.
Ello quiere decir que resulta probable que los jugadores patológicos hayan experimentado traumas durante su infancia con gran presencia de síntomas disociativos patológicos. Estos síntomas afectan el desarrollo normal de las funciones psíquicas superiores como la conciencia, la memoria o la identidad. También tienen un efecto notable sobre el desarrollo de las funciones ejecutivas como la regulación de las emociones y la conducta.
Es por ello que el tratamiento de los jugadores patológicos no puede limitarse a alejarles de las salas de juego u otras fuentes de apuestas. Debe además incorporar el trabajo sobre las experiencias traumáticas en la infancia y el tratamiento de los síntomas disociativos que se establecieron a partir de las mismas.
Adolescencia e impulsividad: otro factor de riesgo para desarrollar una ludopatía
El juego se está convirtiendo en serio problema para los adolescentes. Para ello me apoyaré en dos estudios. El primero de ellos, publicado en Computers in Human Behavior, tenía como objetivo comprender el impacto del juego online sobre los problemas asociados a esta actividad en una muestra de alrededor de 15 mil adolescentes italianos. Un objetivo adicional era identificar y examinar aquellos adolescentes con mayores problemas de juego. El segundo estudio incluyó 874 adolescentes y tenía como objetivo evaluar la relación potencial que tiene la impulsividad con los problemas de juego.
El 83% de los adolescentes evaluados en Italia fueron clasificados como jugadores no problemáticos (incluye un 15% que no ha jugado durante el último año), el 10% como jugadores “riesgo” y el 7% como jugadores con problemas. El estudio determinó que los adolescentes que juegan online tienen cinco veces más probabilidades desarrollar problemas con el juego.
En este sentido también se observó que los chicos tenían más probabilidades de desarrollar problemas con el juego que las chicas. Otro factor de riesgo es percibir que el estatus socioeconómico de la familia es bajo. Por último, debe considerarse cuidadosamente el uso de Internet como actividad de ocio. Los problemas en el juego se asociaban directamente a un mayor uso de Smartphones, Tablets, Internet-cafés, televisión y videoconsolas.
Los resultados sugieren que la relación entre la impulsividad y los problemas con el juego es bidireccional. La impulsividad, en términos de actuar sin pensar o planificar, precede a los problemas de juego. Por otra parte, en la medida que los problemas con el juego ganan intensidad, también se incrementan los reportes de impulsividad y la preferencia por la recompensa a corto plazo.
Como ha podido observarse, el juego online incrementa la posibilidad de desarrollar problemas con el juego. Además de regulaciones estrictas que impidan el acceso a los adolescentes a las fuentes de apuestas online, se necesitan intervenciones preventivas que informen a la familia y actúen sobre la impulsividad en esta etapa evolutiva. Los adolescentes deben aprender estrategias que les ayuden a elegir y valorar las recompensas a medio y largo plazo, sobre aquellas a corto plazo.