Como superar la desconfianza en la relación de pareja
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Como superar la desconfianza en la relación de pareja

Desde el área de terapia de pareja de nuestra clínica de psicólogos en Cartagena queremos profundizar en como superar la desconfianza en la relación de pareja.

La desconfianza en el contexto de una relación de pareja es una de las formas de malestar que más afectan a quienes no están satisfechos con su noviazgo o matrimonio. Por suerte, esta situación no tiene por qué durar para siempre, y hay varias maneras de ponerle fin reforzando el vínculo amoroso entre ambos.

¿Qué es la desconfianza en la relación de pareja?

Toda relación de pareja se fundamenta en una serie de compromisos. El simple hecho de tener planes de futuro juntos hace necesario que las acciones de cada persona involucrada en la relación se comporte en consecuencia a la idea de que hay que ser honesto y pensar en la otra persona al pensar en los meses y los años que están por venir. Dicho de otra forma, sin renunciar totalmente a la propia individualidad, no hay que olvidar que la felicidad de la otra persona está ligada a lo que uno mismo haga, y viceversa.

En este sentido, la desconfianza en la relación de pareja es el problema consistente en una ruptura tanto de ese flujo de comunicación, como de las expectativas de vida en común. Por ello, se trata de un fenómeno que desgasta la convivencia y la relación amorosa, siendo una de las causas más frecuentes de ruptura.

 

¿Qué hacer ante la falta de confianza en una relación de pareja?

La manera más eficaz de superar los problemas de desconfianza es asistir a terapia de pareja (o familiar, si esto ocurre en el ámbito de la familia). A través de esta clase de programas de intervención psicológica se trabaja en el re-establecimiento de vínculos afectivos a través de nuevas maneras de comunicarse y de convivir, y desde la creación de consensos que permiten reparar el daño causado. Además, también puede ser necesario o útil asistir a psicoterapia orientada hacia el individuo, sobre todo si el malestar que existe en ese noviazgo o matrimonio tiene que ver con alteraciones emocionales que afectan sobre todo a una de las personas involucradas: estrés laboral, distimia, baja autoestima, etc.

Sin embargo, más allá de la terapia psicológica, hay estrategias que las personas en pareja pueden aplicar por ellas mismas para gestionar del mejor modo posible esa desconfianza. Aquí encontrarás un resumen de las más destacadas.

1. Detección del sentimiento de agravio

En primer lugar, es importante que cada uno reflexione sobre las posibles acciones que uno mismo ha realizado y que pueden haber supuesto una afrenta para la otra persona, o que pueden haber sido percibidas como tales. Esto es importante porque, después de este tipo de situaciones, es frecuente que la comunicación se enturbie y que la persona a la que le hemos “fallado” no comunique bien qué es lo que hemos hecho mal. Además, debe ser realizado aunque sintamos que la otra persona también nos ha fallado, porque puede ser que en fases anteriores de este conflicto hayamos sido injustos.

Por otro lado, es importante distinguir entre los casos en los que esa afrenta ha sido real o tan solo ha sido percibida como tal; en el primer caso resulta especialmente importante reparar el daño causado, y en el segundo, aclarar un malentendido, pero no de manera unidireccional y dejando que la otra persona se exprese, sin minusvalorar su malestar.

2. Búsqueda de un equilibrio

En esta fase, debemos pensar en hasta qué punto le debemos unas disculpas o una compensación a la otra persona, y hasta qué punto ella nos debe eso a nosotros. Ambos elementos son compatibles: un ataque injusto no compensa otro ataque injusto en dirección contraria. Incluso si los dos os habéis hecho daño y os habéis dado motivos para desconfiar, para superar esa situación debéis aportar algo a la reparación de ese vínculo.

Por supuesto, también es posible que solo una de las partes haya dañado a la otra; sin embargo, debes intentar adoptar una perspectiva lo más distanciada y neutral posible para determinar si es el caso, porque es muy fácil asumir la actitud de alguien que no tiene por qué pedir perdón por nada, eso distorsionaría tu visión de lo sucedido.

3. Reconocimiento de cómo se siente la otra persona

Esta segunda acción es la continuación lógica de la anterior: hay que ir más allá de la introspección y hablar con la otra persona a partir de las conclusiones que hemos extraído acerca de lo que ocurre. Para ello, hay que acordar de antemano un momento y un lugar para explicarse sin prisas y en un entorno tranquilo. Es muy importante que también acordéis respetar los turnos y no alzar la voz, dos puntos de acuerdo que, aunque sencillos, son un precedente de la mentalidad que debéis adoptar para encontrar puntos en común.

4. Demostración del compromiso de pareja

En esta fase, se hace necesario pasar de las palabras a los hechos: dado que la confianza en el otro se ha visto dañada (en uno o en ambos sentidos), hay que proponerse objetivos claros que muestren un renovado compromiso en la relación. Además, no deberían limitarse a una acción puntual, sino que deben incorporarse a los hábitos del día a día. Por ejemplo, asumir más tareas del hogar y realizarlas en el tiempo acordado sin limitarse a prometer que lo haremos “luego”, pasar más tiempo juntos, ser transparente con los planes de futuro que nos interesan, etc.

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