Como gestionar un duelo sin despedida
Desde Mens Sana, tu centro de psicólogos en Cartagena os proponemos como gestionar un duelo sin despedida en estos tiempos tan difíciles.
La peor consecuencia de la pandemia actual, desde luego, es el fallecimiento de tantas personas. Y después de ella, el modo en que esto ocurre. La falta de acompañamiento familiar es cruel tanto para el enfermo como para los deudos. Un duelo sin despedida puede generar complicaciones. Una de las cuestiones que abordamos los psicólogos estos días es cómo afrontar el duelo por la muerte de un ser querido en estas circunstancias.
El hecho de no poder vivir un adiós en condiciones puede afectar gravemente a la capacidad de superación del duelo de los familiares. Y aumenta el dolor de éstos que imaginan la soledad de su ser querido en esos últimos momentos.
Las fases del duelo
Todos los psicólogos hablamos de las fases del duelo. Sin embargo no son fases universales ni necesariamente sucesivas. Algunas personas las viven según su propio tempo y circunstancias. Otras, simplemente se atascan, y les cuesta superarlas. Como psicólogos en Cartagena hemos ayudado a personas a afrontar lo que desde el punto de vista psicológico se denomina duelo complicado. Estas complicaciones pueden darse en cualquiera de las fases del duelo. Solemos hablar de:
1. Aceptación
La fase de aceptación es más difícil de superar cuando no se ha podido acompañar al enfermo en su tránsito. Y ni siquiera se ha podido contemplar su cadáver, como está sucediendo estos días. Y esto genera negación, incluso rebeldía o ira.
2. Dolor
La fase de padecimiento del dolor, significa que aceptado el hecho, tenemos que permitirnos sentir el dolor natural, como algo necesario. Vivir el dolor como algo nuestro, sentirlo y no reprimirlo o disfrazarlo, pero sin dejar que nos abrume.
3. Adaptación
En la fase de adaptación, tenemos que incorporar esos sentimientos a la vida diaria, dejar que el sufrimiento nos acompañe y no anule nuestro desempeño habitual, hasta que se vaya minorando en lo posible.
4. Convivencia
Y finalmente en la fase de convivencia, aprendemos a sobrellevar la pérdida, el dolor de la ausencia a veces recordada intensamente y otras veces solamente latente. Algo que paulatinamente se irá espaciando y suavizando. Sin embargo, no existe superación ni olvido como tal. Pero sí capacidad de seguir adelante y afrontar el futuro sin tristeza. Y al cabo de mucho tiempo, incluso con humor.
Síntomas de un duelo complicado
Nos solemos encontrar ante un duelo complicado cuando alguno de estos síntomas se presenta durante mucho tiempo o con demasiada intensidad. Si bien cada uno de ello tiene muchas manifestaciones concretas.
- Tristeza recurrente y profunda.
- Aturdimiento o imposibilidad de afrontar otras tareas.
- Rememoración constante de la persona fallecida, a través de objetos, fotografías, recuerdos…
- Sensación de Ira, resentimiento o rebeldía ciega.
- Abatimiento y sensación de vacuidad.
- Reproches o culpabilidad, por pensar que podíamos haber hecho más para evitar el fatal desenlace.
Consejos para afrontar el duelo
Los principales consejos que solemos ofrecer desde nuestra consulta de psicólogos en Cartagena a quienes presentan dificultades para superar un duelo son:
- Exteriorizar los sentimientos. Dejar salir la pena no es malo, si no todo lo contrario. Las lágrimas sanan. Y hablar sobre el padecimiento o el dolor con personas queridas ayuda a dejar de sentirlo como algo encerrado y omnipresente.
- Buscar todos los apoyos posibles. Lejos de encerrarse uno en sí mismo con su dolor hay que obligarse a compartirlo. Buscar la ayuda de los seres queridos, familiares, amigos, compañeros, o incluso asociaciones de afectados que conocen y están al tanto de las circunstancias que rodean nuestro sufrimiento.
- Realizar una terapia de duelo. Acudir al psicólogo puede ser la mejor opción ante un duelo complicado o difícil de superar. Se trata de buscar un soporte profesional especializado. Y hacerlo en fases tempranas puede ayudar mucho a evitar que la depresión empiece a preparar su funesto nido. O que los pensamientos negativos nos impidan enfrentar el duelo sobre unas bases adecuadas.