Como afrontar la culpabilidad
Desde nuestro centro de psicólogos en Cartagena queremos hablaros de una emoción muy común, la culpa, concretamente de como afrontar la culpabilidad.
La culpa es un sentimiento generado por las referencias internas de nuestra conciencia moral. Es decir que la culpa se genera por las normas, principios y valores que nosotros mismos hemos construido sobre lo que está bien y lo que está mal.
En cuanto a culpabilidad, es un termino ligado a la culpa pero que tiene su lugar en el ámbito jurídico. La culpabilidad es la sentencia de un juez a una persona que pudiendo haberse conducido de una manera no lo hizo.
La culpa cumple una función adaptativa y es la de hacernos conscientes del mal cometido para poder analizarlo y repararlo. Sin embargo, este sentimiento puede convertirse en una emoción perjudicial. Se pasa de ser el individuo quien controla la emoción (la culpa) a que sea la culpa la que controla y causa malestar al individuo.
Tipos de culpa
- Culpa adaptativa: Sentimiento de culpa que aparece después de haberse provocado algún tipo de daño y tiene como objetivo reparar el daño causado y encausa en el respeto a las normas.
- Culpa desadaptativa: El sentimiento de culpa aparece sin ninguna causa real y al no haber una reparación, domina. Se mantienen los sentimientos de culpa, remordimiento, autocastigo y vergüenza.
- Ausencia de culpa: El sentimiento de culpa aún habiendo cometido un daño no aparece.
Componentes de la culpa
Son tres los componentes de la culpa:
- Acto, ya sea real o imaginario
- Percepción y autovaloración del acto (mala conciencia)
- Emoción derivada de la percepción y autovaloración (culpa, remordimiento, vergüenza)
Consecuencias de la culpa
Cuando el sentimiento de culpa es desadaptativo y excesivo trae consecuencias tales como:
- Malestar emocional constante
- Desvalorización y desprecio de uno mismo (baja autoestima)
- Estrés y ansiedad
- Autoexigencias
- Relaciones abusivas* (al autoculpabilizarse de todo en la relación la otra parte evade cualquier responsabilidad, incluso se puede llagar aceptar el abuso como parte de redimir la culpa)
Respuestas a la culpa
Las personas respondemos a este tipo de emociones dependiendo de nuestras capacidades de reflexión y flexibilidad.
Os mostraremos un ejemplo; dos madres (Clara y Ana) prometen a sus hijos que los llevaran a ver una película el fin de semana próximo. Sus respectivos hijos ya planearon la salida, con helados incluidos y han contado a sus compañeros de estudio.
El viernes cuando las madres llegan a casa informan a sus hijos que no podrán llevarlos a cine porque ha salido un imprevisto en el trabajo.
Como era de esperar los hijos están tristes ante la noticia e incluso alguno ha llorado.
Ana, al ver a su hijo piensa: ¡Qué mala madre soy! Le prometí una salida y no lo cumplí.
Clara, por su parte piensa: Me hubiera gustado tanto haberlo llevado al cine, pero no fue mi intención que las cosas no salieran. Voy a hablar con él y veré cómo podemos solucionar esto.
Ana, claramente nos muestra que se siente culpable y es tanto su malestar que no busca una solución.
Clara, siente la culpa, se hace responsable de ella y busca una solución.
Entonces, podemos decir que ante la culpa podemos responder:
- Culpabilizándonos y no actuando: Como le sucede a Ana, en el ejemplo. La persona siente el malestar, el dolor, se lamenta, pero no logra responder (responsabilizarse) y no llega a ninguna acción. La culpa paraliza y no permite una reflexión ni una respuesta adaptativa de reparación.
- Sintiendo la culpa, responsabilizándonos y actuando: Cuando se responde de esta manera la culpa está cumpliendo con su función adaptativa, permitiendo que la persona pueda reflexionar y hacer una reparación del daño causado.
- Culpabilizando a otros: Cuando se ve a la culpa como una “carga” es más fácil buscar evadir esa emoción y buscar poner esa “carga” en otra persona.
- No sintiendo culpa: Es posible que ante un acto determinado nuestra conciencia moral no nos indique de ningún daño y por lo tanto no se sienta culpa.
7 consejos para gestionar la culpa:
- Identifica la conducta que te llevó a la culpa. Piensa en qué es lo que te hace sentir culpable.
- Reflexiona sobre el acto que provoco la culpa y evalúa la interpretación que das al mismo. Piensa en el por qué actuaste de esa manera.
- Acepta tus errores, forman parte del ser humano, y son parte del aprendizaje, del cambio. No los veas como un fracaso.
- Exprésate: Comunica verbalmente cómo te sientes, expresa tu arrepentimiento ante el daño causado.
- Repara el daño. Pon en marcha acciones para demostrar que no solo te arrepientes, sino que también no vas a repetir el daño.
- Perdona y perdónate es parte del proceso de aprendizaje del error.
- Responsabilízate. Sustituye la culpa por la responsabilidad.
Las siguientes preguntas también te pueden ayudar a gestionar tu culpa:
- ¿He causado daño a alguien o a mi misma?
- ¿Lo hubiera podido evitar, sin causar daño?
- ¿Cuáles fueron las circunstancias que provocaron mi conducta y el daño?
- ¿Habría más opciones?
- ¿Cuál fue mi elección?