No es raro que los cuidadores sean víctimas de una depresión leve o incluso más grave como resultado de las exigencias permanentes de cuidar a un ser querido enfermo, es lo que se conoce como Síndrome del Cuidador, que consiste en un agotamiento intenso, mostrando una sintomatología múltiple que afecta a sus capacidades físicas, psicológicas y de relación social.
Al esforzarse por darle el mejor cuidado posible a un familiar o amigo, los cuidadores muchas veces sacrifican sus propias necesidades físicas y emocionales. Además, las vivencias emocionales y físicas del cuidado (hay enfermos muy difíciles de cuidar) pueden llevar a una situación límite, incluso a las personas más capaces. Los sentimientos resultantes de ira, ansiedad, tristeza, aislamiento, agotamiento (junto con la sensación de culpa por albergar esos sentimientos) pueden ser una carga muy pesada.
Todas las personas tienen en algún momento sentimientos negativos que surgen y desaparecen con el tiempo, pero cuando esos sentimientos cobran una mayor intensidad y hacen que los cuidadores se sientan totalmente fatigados, que lloren con frecuencia o que se enojen fácilmente con el enfermo/dependiente o con otras personas, pueden ser una señal de advertencia de la depresión.
El perfil medio del cuidador de una persona dependiente es:
- Mujer de edad media
- Familiar directo del afectado (pareja, madre, padre, hijo, hija…).
- Muy voluntariosa y dispuesta.
- Trata de compaginar el cuidado de su familiar con sus responsabilidades ordinarias.
- Cree que ésta será una situación llevadera y que no se prolongará demasiado tiempo.
- Espera ser ayudada por su entorno más cercano.
- Va asumiendo una gran carga física y psíquica.
- Se responsabiliza por completo de la vida del afectado (medicación, visitas médicas, cuidados, higiene, alimentación, etc.).
- Va perdiendo paulatinamente su independencia ya que el enfermo cada vez le absorbe más.
- Se desatiende a sí misma: no tiene tiempo libre para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades… y acaba paralizando durante largos años su proyecto vital.
- Su calidad de vida va empeorando, por el empeoramiento del paciente que requiere de más atenciones o porque su vida se va estrechando.
En Mens Sana Psicología ofrecemos psicoeducación a cuidadores dotándolos de herramientas de modificación de conducta de síntomas conductuales y psicológicos, dirigidos a la problemática que padezca la persona enferma, y adaptada a esta.
Y con la intención de canalizar adecuadamente las emociones y reducir el estrés de los cuidadores trabajamos con diferentes técnicas de la terapia cognitivo cognitivo-conductual, Mindfulness y Aceptación y compromiso.
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