¿Es compatible vivir pareja estando cada uno en su casa?
Desde nuestra área de terapia de pareja en Cartagena queremos dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Es compatible vivir pareja estando cada uno en su casa?
Hasta hace poco, irse a vivir juntos era un paso determinante en la relación de pareja. Para muchos, el romance incluía una serie de hitos, como dejar el cepillo de dientes junto al de la persona amada, darse las llaves y, finalmente, vivir juntos. La decisión de compartir el mismo techo marcaba un punto de inflexión indicando un mayor nivel de compromiso. Compartir la cotidianidad, con sus maravillas y sus frustraciones era una señal inequívoca de que la relación se estaba consolidando.
Sin embargo, en la actualidad cada vez más personas deciden vivir en pareja, pero cada uno en su casa. A pesar de tener una relación romántica estable, ninguno de los dos quiere renunciar a su independencia porque se sienten cómodos viviendo solos.
De hecho, este fenómeno está cada vez más extendido. En Estados Unidos, por ejemplo, un 35% de las personas que viven solas mantienen una relación de pareja estable. En España, se estima que el 15,9% de las mujeres tienen relaciones románticas estables, pero cada uno viviendo en su casa. En Reino Unido, el 9% de los adultos que viven solos también se encuentran en una relación de pareja estable.
¿Por qué las parejas deciden vivir en casas separadas?
Los motivos para mantener esa distancia física son muchos. De hecho, podemos encontrar tres grandes tipologías de parejas. Primero, hallamos a quienes sienten que es demasiado pronto o simplemente no están listos para vivir juntos todavía.
Luego encontramos las parejas que realmente quieren vivir juntas, pero algo les impide hacerlo, generalmente por causas económicas, problemas familiares o motivos laborales. No es casual que este fenómeno sea más común en los jóvenes de menos de 29 años, aunque se está apreciando cada vez más en personas de más edad. En España, por ejemplo, el 4,6 % de las mujeres de entre 30 y 34 años mantienen relaciones románticas estables, pero prefieren no vivir bajo el mismo techo con su pareja.
A medida que se avanza en el calendario, los motivos para tener pareja y vivir solos varían. Muchos lo hacen para preservar su independencia y privacidad. En algunos casos se trata de personas que no están dispuestas a renunciar a su libertad ya que nunca han vivido en pareja y en otros se trata de personas que han estado casadas o cohabitado anteriormente, pero ahora prefieren vivir separadas para llevar un estilo de vida diferente y, en la medida de lo posible, evitar los errores del pasado y los hábitos de la convivencia que pusieron fin a la relación.
De hecho, cada vez más personas ven la convivencia separada como una forma de equilibrar los aspectos de una vida íntima compartida con la autonomía y la independencia. Estas personas conciben la relación de pareja de una manera diferente. Aman al otro, pero no sienten la necesidad de vivir en la misma casa para expresar esa unión.
Creen que no estar juntos constantemente fortalece su vínculo. Consideran que vivir separados les ayuda a mantener viva la magia, extender indefinidamente el período de la luna de miel y, al proteger su espacio y racionar su tiempo juntos, crear situaciones en las que realmente se sientan felices de verse.
Tener pareja y vivir cada uno en su casa, ¿funciona?
En las últimas décadas la concepción de la pareja ha variado mucho. Antes, el matrimonio era un hito importante, pero desde hace años ha dejado de serlo, de manera que cada vez menos parejas sienten la necesidad de pasar por el altar para dar su “sí, quiero”. La concepción de la convivencia como un paso “obligatorio” para consolidar la relación también está cambiando.
De hecho, esta esta nueva forma de entender las relaciones de pareja no implica necesariamente una merma en la calidad o duración de las mismas. Un alto porcentaje de estas parejas siguen juntas después de 12 años de relación, a pesar de que cada uno viva en su casa.
Vivir separados significa decorar la casa a nuestro gusto, planificar con mayor libertad nuestro horario o ver más a nuestros amigos y familiares. Estas parejas afirman que llevan una vida íntima más rica porque se enfocan en lo verdaderamente importante de la relación, en vez de discutir por los detalles de la convivencia, como quién debe tirar la basura o limpiar. Cuando están juntas, pasan tiempo de calidad y se dedican a disfrutar el uno del otro sin que los desencuentros de la convivencia socaven la relación.
No obstante, también significa ver mucho menos a la pareja. De hecho, el éxito de este nuevo modelo de convivencia depende en gran medida de que ambos miembros estén de acuerdo y se sientan satisfechos con ese estilo de vida pues si es “impuesto” por una de las personas, quien no lo comparte terminará viéndolo como una falta de compromiso y es probable que más temprano que tarde presione al otro, poniéndolo entre la espada y la pared.
El éxito de este tipo de relación también depende de los motivos psicológicos que se encuentran detrás de la decisión de tener pareja y vivir cada uno en su casa. Un estudio más profundo realizado en la Universidad de Bradford reveló que algunas personas tienen una motivación más “oscura”: prefieren vivir solas porque la perspectiva de la convivencia con la pareja les genera ansiedad, las atemoriza o incluso las hace sentir vulnerables.
En ocasiones, vivir en pareja, pero cada uno en su casa se debe a la inseguridad, las personas no están seguras de la seriedad de la relación y prefieren no involucrarse demasiado. Otras veces se debe a que desean protegerse emocionalmente manteniendo cierta distancia psicológica representada por esa distancia física, quizá porque han sido heridas en el pasado.
Cuando este modelo de convivencia no es una elección libre o nace del miedo y las reservas, es probable que la relación no dure mucho. Aunque a fin de cuentas, todo depende del nivel de satisfacción que esa distancia aporte a cada miembro de la pareja.
Terapia de Pareja en Cartagena
