Pautas para gestionar el estrés ante exámenes de oposiciones
Desde nuestra área de preparación de oposiciones en Cartagena queremos hablaros acerca de varias pautas para gestionar el estrés ante exámenes de oposiciones.
El proceso de preparación para un examen es, para muchas personas, uno de los aspectos más importantes del día a día. Por eso, quienes acostumbran a sufrir un nivel de estrés demasiado alto cuando se dedican a esta actividad (o cuando simplemente piensan en ella) pueden ver su calidad de vida muy desgastada.
Por ello, en este artículo haremos un repaso de varias pautas que te resultarán útiles si quieres saber cómo gestionar el estrés en época de exámenes; eso sí, ten en cuenta que la manera más eficaz de conseguirlo es disponer de la ayuda de un psicólogo especializado en oposiciones.
Pautas para saber regular el estrés ante los exámenes
Si bien cada persona es única y se ve afectada por circunstancias particulares, hay algunas estrategias que por lo general ayudan a afrontar el estrés en periodo de exámenes, haciendo que este fenómeno sea menos intenso y no se convierta en un problema en un obstáculo añadido. Encontrarás un resumen de estas pautas de actuación resumidos en las siguientes líneas.
1. Pon la mirada en el largo plazo: la repetición espaciada
Una de las mejores maneras de evitar sufrir un alto nivel de estrés pocas semanas antes de los exámenes es gestionar tu manera de estudiar del modo más eficiente posible desde el primer día. En este sentido, una de las técnicas más eficaces a largo plazo es la repetición espaciada, que además evitará que lo olvides casi todo pocos días después de haberte presentado a la prueba.
Esta manera de prepararte tu material de estudio consiste básicamente en realizar sesiones diarias relativamente cortas, pero en las que se vaya alternando el contenido nuevo con el repaso de lo que ya habías estudiado antes. Cuando más días hayan pasado desde que estudiaste por primera vez una parte concreta del temario, más días pueden pasar hasta que vuelvas a repasarlo. Por ejemplo, puedes dedicarte al primer tema en el día uno, y luego volver a él en los días tres, seis, diez, etc. Si lo haces sin interrumpir la serie, la información quedará muy consolidada en tu memoria, y además se te dará mejor relacionar ideas y hacer que una parte del material te ayude a estudiar el siguiente y viceversa.
2. Asegúrate de cumplir con los descansos para reducir el estrés ante los exámenes
Descansar no es perder el tiempo; de hecho, si lo haces bien, te ayudará tanto a aprender mejor como a mantener un buen equilibrio emocional y a no sufrir demasiado estrés. Lo recomendable es que puedas hacer pequeñas pausas de unos 10 minutos cada 45 minutos, dado que pasados los tres cuartos de hora inmersos en una tarea nuestra capacidad de atención cae en picado.
Alterna estos pequeños descansos con otros más largos en los que puedas disponer de tiempo para comer tranquilamente, tomar algo, hablar con los demás, etc.
3. Realiza ejercicio aeróbico regular
El ejercicio aeróbico es un excelente protector contra el estrés y la ansiedad, y además nos permite desconectar mentalmente de aquello que ha estado ocupando nuestra atención durante horas. Por ello, incorpora a tu horario semanal unas dos o tres sesiones de esta clase de actividad física, aunque sin abusar en cuanto a la intensidad.
4. Duerme bien
Al dormir, los conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de las horas anteriores se van consolidando en nuestro cerebro, por lo que es importante que dispongas de las horas de sueño suficiente y que estas sean seguidas (aunque alguna siesta de media hora tampoco te hará ningún daño). Además, si no duermes lo suficiente serás mucho más vulnerable al estrés, y por otro lado te costará mucho más memorizar y concentrarte en cualquier cosa que te propongas, incluyendo leer tus apuntes.
5. Pregunta las dudas que tengas, pero no limites tu vida social a esto
Por supuesto, buscar ayuda en los demás a la hora de solucionar dudas sobre lo que estudiamos es útil para eliminar con relativa rapidez la sensación de que estamos poco preparados; sin embargo, intenta no hablar siempre de los estudios y los exámenes cuando te reúnas con quienes comparten aula contigo. De otro modo, tu día a día estará lleno de estímulos que te llevarán a pensar una y otra vez en ese examen para el que te estás preparando.