Qué hacer para combatir el problema de comer por ansiedad
Desde nuestra clínica de psicólogos en Cartagena queremos tratar el qué hacer para combatir el problema de comer por ansiedad.
La tendencia a comer por ansiedad es un problema que afecta a muchas personas y que, además, suele pasar inadvertido o incluso normalizado, como si fuese una manera sana de lidiar con el malestar. Sin embargo, puede dar lugar a problemas de salud física y mental si se consolida de la persona.
Características de la tendencia a comer por ansiedad
Muchas personas comen por ansiedad y sin tener realmente hambre. Este es un fenómeno que tiene que ver con un mal manejo de las emociones y que si bien en algunos casos puede generar un problema leve (si no se come mucho y no ocurre con demasiada frecuencia), en ciertos casos puede llegar a formar parte de los trastornos de la conducta alimentaria.
En los casos en los que esa tendencia a comer por ansiedad no es un trastorno, las principales causas suelen ser las siguientes (pueden darse arias a la vez e interactuar entre sí, reforzando la influencia de las otras):
- Falta de recursos para “distraerse” del malestar causado por la ansiedad.
- Poca habilidad a la hora de reconocer estados emocionales, confundiendo la angustia con el hambre de verdad.
- Falta de fuentes de satisfacción más allá de la comida.
- Efectos de drogas
¿Qué hacer para combatir el problema de comer por ansiedad?
1. En caso de que se repita mucho, acude a terapia
Como hemos visto, la tendencia a comer por ansiedad puede llegar a constituir una psicopatología. Por eso, si notas que este fenómeno desgasta tu calidad de vida o se repite con mucha frecuencia, es importante que acudas a psicoterapia cuanto antes. De esta manera, se evita que el círculo vicioso de ansiedad y la rutina de comer sin hambre se consolide. Y en los casos en los que ya exista un trastorno psicológico, con asistencia por parte de los profesionales de la salud mental será posible tratarlo para ir mitigando los síntomas y actuar sobre la causa hasta que deje de ser un problema.
2. Fija normas muy claras sobre el inicio y final de los momentos de comer
Crea un horario detallado de tu día a día e incluye los momentos que dedicarás a comer. Es fundamental que te centres en no sobrepasar esos límites temporales. Para ello, lo mejor es que imprimas esa tabla de horario y la cuelgues en un lugar de tu casa que suela quedar a la vista.
Utilizando esta estrategia, aumentarás los incentivos para no picar entre horas y te será más fácil reconocer tus avances a la hora de combatir las ganas de comer por ansiedad.
3. Aprende a detectar los pensamientos desencadenantes
Cuando sufrimos problemas de ansiedad, es habitual que nos centremos en el malestar y no nos detengamos a analizar desde una perspectiva intelectual lo que nos pasa por la cabeza. Sin embargo, centrarnos en los contenidos de las imágenes mentales y las ideas asociadas a la ansiedad nos ayuda a verlas desde un punto de vista más neutral y a ganar poder sobre ellas.
Por ello, es recomendable que prestes atención a los pensamientos que suelen ocupar tu consciencia justo cuando empiezas a sentir que la ansiedad se eleva. En muchos casos, esta clase de pensamientos son de ciertos tipos que se repite una y otra vez en la misma persona. Reconocerlos a tiempo ayuda a “desactivar” su influencia en nosotros, al verlos desde un punto de vista más racional y distanciarnos de ellos evitando que nos hagan caer en rutinas dañinas para “aliviar” la angustia o el estrés.
4. Aprende a detectar los síntomas de la ansiedad
De manera separada a lo recomendado en el punto anterior, es bueno que en tu día a día aprendas a reconocer la experiencia de sufrir momentos de ansiedad alta. De este modo, te será más sencillo distinguir la ansiedad del hambre de verdad, con lo que tendrás menos propensión a comer sin necesitarlo.
5. Practica ejercicios de relajación
Si aprendes algunos ejercicios de relajación sencillos, es más probable que los apliques como sustitución de la rutina de comer por ansiedad. Una vez hayas empezado, la sensación de bienestar que esta clase de prácticas genera te facilitará las cosas, de manera que servirá tanto como una manera de rebajar la ansiedad en otras situaciones, como un recurso para desprenderte del círculo vicioso de comer y de sufrir ansiedad.