10 diferencias entre un psicólogo y un amigo
Desde Mens Sana Psicología vamos a mostrarte las 10 diferencias principales entre un psicólogo y un amigo.
“Voy al psicólogo porque es como hablar con un amigo”. Este es uno de los principales motivos por lo que una persona suele acudir a un psicoterapeuta según un reciente estudio. Y es que contar con el apoyo de tu familia y amigos es imprescindible para llevar a cabo una vida equilibrada y feliz. Piensa en el desahogo terapéutico que produce el sencillo hecho de poder expresar nuestros sentimientos en determinados momentos.
A pesar de todo, siento decirte que confesar un problema a un amigo no es símil que llevarlo a cabo con un terapeuta profesional. Sí, contar con la amistad de aquellos que más te quieren es importante, pero más aún si cabe es contar con un buen terapeuta profesional. ¿Hay diferencias? Sí, las hay, y para eso hemos creado este artículo.
1) Hay que pensar que los psicólogos somos profesionales con formación y experiencia de varios años sobre el campo, añadiéndole la especialización en una determinada área del ámbito de la psicología, y el enfoque usado en el tratamiento psicológico. Esto hace que el terapeuta sepa adaptarse a la situación y necesidad para cada paciente, aportándole lo que realmente pueda precisar, aunque él mismo no lo sepa. Sin embargo, un amigo no deja de ser eso, un amigo, donde en muchas ocasiones de manera inconsciente, lo que aporta a la persona portante del problema es dirigirlo hacia una situación peor.
2) Un especialista de la psicología tiene avanzadas habilidades para localizar todo tipo de información del paciente, tanto verbal como no verbal. El adquirir un mayor volumen de información relevante permite al terapeuta tener más información de cara a generar la estrategia de ayuda al paciente en cuestión.
3) Si te das cuenta, la mayor parte de las personas normalmente escuchamos siempre pensando en responder a lo que nos están diciendo. Incluso, es muy común en conversaciones con amigos las interrupciones con opiniones de antemano, que te impiden poder expresar lo que sientes. En el caso del psicólogo esto no sucede así, ya que éste presenta un alto grado de desarrollo para la escucha activa, sabiendo el momento idóneo para interrumpir al interlocutor. El psicólogo sabe perfectamente identificar tus emociones durante el diálogo para trabajarlas junto al paciente.
4) Un psicólogo está altamente experimentado en provocar en la persona objeto de terapia la meditación y auto-reflexión, para que pueda comenzar a descubrir (en caso de que no lo haya descubierto aún), el posible problema o área de mejora que presenta.
5) Trabajar con un terapeuta enseña al paciente a ver las cosas desde otros puntos de vista, ayudándole a crecer personalmente. Esto le otorga un abanico de posibilidades para afrontar el motivo de terapia a la vez que un aumento en el número de herramientas para hacer frente a las dificultades que pueda encontrar en su vida.
6) Durante una conversación con un amigo, hay momentos en los que éste es incapaz de decirte directamente algo que sabe que puede no agradarte; intenta «quedar bien». En el caso del psicólogo, esta situación no va a darse, ya que seguramente te revelará aquello que un amigo no se ha atrevido a decirte, te guste o no.
7) Cada persona tenemos unos valores y opiniones de cada situación o hecho que se nos plantea. En el caso de un persona con la que tienes amistad igual. Si le cuentas a un amigo una situación determinada, este podrá darte su opinión subjetiva y sesgada en base a sus propios valores y/o convencimientos. Sin embargo, desde la visión de un psicoterapeuta las cosas son diferentes, ya que te mostrará una opinión objetiva, no basada en su subjetividad por su amistad contigo.
8) Tratar un problema con un psicólogo puede ser de inicio más dificultoso por aquello de tratarse de un desconocido para tí. Pero también es cierto que tendrás la certeza de que lo tratado siempre gozará de una absoluta confidencialidad. En el caso de un amigo no sólo no siempre gozará de esa privacidad, pues al no tratarse de un secreto profesional corres el riesgo de que pueda enterarse otra persona. ¿Cuántas veces no hemos contado algo a un amigo bajo la coletilla «no se lo cuentes a nadie», y pasados unos días vio la luz? Esto puede empeorar aún mas las cosas de la persona poseedora del problema por el estado de ansiedad que puede generarle la posibilidad de que otros sepan algo para lo que no está preparado que sea público.
9) Cuando acudes a terapia lo haces porque en ella te sientes seguro para expresarte con total libertad, sin miedo a ser juzgado; con una persona con la que tienes amistad siempre puede existir el recelo de no contar las cosas completamente por el miedo al «qué dirá».
10) Acudir a una sesión con un psicólogo tiene unos términos claros: acudes a terapia en una fecha concreta, semanal, diaria, quincenal, etc, donde sabes que tendrás tu zona en la que poder expresarte con total libertad acerca de todo aquello que te preocupe. Un amigo es una persona mucho más activa dentro de tu vida; acudirás a él ante problemas que requieren de una ayuda inmediata. Imagina que vuelves a casa de noche y te quedas en la cuneta de la carretera porque el vehículo se ha averiado. En ese caso claramente llamarás a tu amigo para que te ayude. ¡Hay que saber diferenciar qué rol ocupa cada uno en tu vida!
Psicólogo para adultos en Cartagena